Una Excusa para Sonreír [Shaymin]

En ocasiones es difícil adecuarme a la dinámica del mundo, y es imposible no cuestionarme con frecuencia sobre si realmente este cuerpo tangible era lo que aspiraba, o no se trató más de un capricho, una aspiración a lo desconocido, a cambiar el orden de mi vida y ser más que un ángel, más que un ser intangible. Si no me hubiese aventurado a encarnar en un cuerpo mortal no tendría razón alguna para sumirme en esta maldita sensación inadecuada, donde el mundo es más que retorcido, y yo no me encuentro actuando al respecto. Si no me hubiese aventurado a la humanidad no me hubiese aventurado a las sensaciones, al dolor, a la tristeza, porque para un ente celestial aquello no es más que ajeno, mientras que a un cerebro mortal es lo más natural del mundo.

Pero...a la vez, si no me hubiese aventurado a encarnar en un cuerpo tangible no hubiese conocido la fascinación, un amor gozoso más allá de lo que siempre estuve acostumbrado. No hubiese experimentado la dulzura de la pasión, ni el éxtasis de sentir las texturas más suaves de la perfecta pero frágil naturaleza en mis dedos. Son muchas las ocasiones que dudo, sin embargo, son más aquellas en donde me hallo sonriente, fascinado por la esperanza que aún rodea el mundo, esperanza ejemplificada en su inagotable belleza.

Son muchas las reflexiones que me he impuesto con respecto a la facilidad que tienen los seres de simplemente hacer transacciones de otros porque sí, transgrediendo descaradamente el concepto mismo de la libertad. Me entristece el divisar cómo una pieza de la naturaleza se halla reclusa, atada a un ser único y egoísta, acaparándola para sí sin ningún tapujo. Pero yo soy un ser pequeño, insignificante, y sin importar los límites a los que pueda llegar mi poder, simplemente no es un acto cuerdo el enfrentarme a todo un orden mundial. No, con el tiempo necesito hallar quienes bajo su propia decisión deseen aliarse por mi propósito, siendo consciente de que los que más posiblemente se unirán a mí...serán los denominados "pets".

Divagando bajo mi tal vez utópico ideal me hallo dudoso frente a la tienda de pets. No estoy seguro cuanto tiempo llevo determinando el título del establecimiento manteniéndome estático, sumido en mis pensamientos. A pesar de que de una manera superficial me encuentre a punto de realizar aquello que tanta inconformidad me trae, y aquello que quiero algún día llegar a acabar, reconozco no solo que de una manera indirecta puedo llegar a liberar a alguien por medio de esta acción, si no a la vez que alguna de las otras "bondades" de tener un cuerpo mortal es aquella idealización de una compañía. La absurda necesidad de contacto.

Finalmente me aventuré a entrar, ojeando de manera un tanto culpable el catálogo de los pets. Todas las damas eran preciosas, sin embargo, tras una ojeada rápida pero detallada de cada página, una de ellas captó particularmente mi atención.

Shaymin... - Me limité a enunciar bajo un casi imperceptible murmullo. Se trataba de una damisela preciosa, de finas facciones, ordenado cabello esmeraldado y ojos concordantes. Una mujer de apariencia dulce, y quien como si aún con su belleza perceptible no tuviese suficiente, a su vez pertenecía a la raza de las flores. No se trataba de menos que una de las tan hermosas expresiones de la naturaleza.

Estaba decidido. No tardé demasiado en cerrar de manera contundente el catálogo y dirigirme a la caja, en donde de manera apresurada, expectante, indudablemente alterado, me atreví a diligenciar la solicitud de compra.

Código:

* Nombre del dueño: Caius Strauss
* Nombre de la mascota: Shaymin. Nº 20.
* Modo de pago: Efectivo
* Entrega: Directo

En aquel preciso instante en que le entregué el formulario al vendedor me embargué de una mezcla de vergüenza y profunda ansiedad, sin embargo, no me hallaba dispuesto a retractarme.

Spoiler: